La guerra de las mariposas

La mariposa recordará por siempre que fue gusano.

Mario Benedetti

Nunca antes hubo una guerra más hermosa, más silenciosa o que dejara a la naturaleza tan bien parada, tampoco la hubo nunca después y es que la Guerra de las Mariposas fue un hito en los anales de las confrontaciones bélicas de nuestro planeta. Hay que decir, además, que en esta guerra no hubo pérdidas humanas, resultado lógico, puesto que los humanos no participamos en las hostilidades, no hubo pérdidas materiales, el uso de armas de destrucción masiva o individual no existió, no había motivos políticos, económicos o religiosos para que se iniciara el conflicto, en esta guerra uno de los antagonistas ni siquiera era un ser vivo, era algo más allá, era la propia naturaleza. Fue pues, una guerra a todas luces, fuera de los parámetros que conocemos.

En una época en donde la raza humana aún no había iniciado sus andanzas por el planeta, una era perdida en crónicas que no se escribieron nunca, un período en donde no existían los nombres o los lugares, fue justo en ese tiempo, no antes, no después, cuando la Guerra de las Mariposas aconteció.

Se peleó, eso si, tan encarnizadamente que es la única guerra que tuvo lugar a lo largo de varios millones de años. Cuando se iniciaron las primeras escaramuzas de la Guerra de las Mariposas el mundo vivía sumido en la palidez y el gris. Si alguna vez existió un creador, éste había olvidado darle vida a la vida. Animales ocres, plantas oscuras, cielos y mares grises, todo era opaco, todo lo que poblaba y formaba al planeta estaba sumido en la miseria de la decoloración y la tristeza de lo carente de alegría. Así pues vivía todo ser que habitaba el planeta...

El primer ataque se inició un día como cualquier otro, nadie lo esperaba, en realidad ninguno de los La oscuridad desesperada creó la noche, pero las mariposas, sin rendirse la decoraron con hermosas estrellas doradas y blancas delicadamente brillantes. seres vivos que poblaba la Tierra tenía interés en nada, así, ese día millones de unidades armadas de muchísimos cientos de millones de pequeñas escamas multicolores oscurecieron los cielos empezando así la guerra. Al principio el ataque tomó por sorpresa a la oscuridad y la opacidad, pero reaccionando rápidamente contraatacó creando sombras y nieblas.

Volaron sobre los campos, sobre los riachuelos, ríos, lagos, mares y océanos y sobre estos vertieron los azules, los aguamarinas y los púrpuras más regios y fulgurantes, celestes delicados, turquesas opulentos, blancos purísimos y verdemares preciosos completaron el panorama. La oscuridad desesperada creó la noche, pero las mariposas, sin rendirse la decoraron con hermosas estrellas doradas y blancas delicadamente brillantes.

El siguiente ataque cayó sobre los bosques, las selvas y las sabanas de todo el orbe. Los verdes de tonalidades olivas, esmeraldas, absentas y jades colorearon millones de hojas de todas las plantas. La oscuridad contraatacó usando maderas cafés, castaños, marrones y otros ocres para alterar el resultado de aquella batalla, pero resultó en una derrota garrafal ya que el reino vegetal se lució con tales combinaciones.

La batalla del sol, llamada así porque en esta se coloreó al astro rey fue un triunfo que cambió el rumbo de la guerra de manera definitiva. Dorados lujosos, amarillos que hacían cerrar los ojos por su brillo y oros enjoyados fueron las armas para colorear desiertos y la estación del verano. Luego de eso, la oscuridad no logró recuperarse y sólo ofrecía resistencia más por terquedad que por esperanzas de triunfar. Mil tonos de blanco fueron lanzados hacia los polos y las zonas elevadas sirviendo su blanquecino brillo como decoración eterna para la Antártida y el Ártico. El invierno y las nubes fueron también teñidos de esa tonalidades que luego fueron bautizadas como níveas.

Cuando ya todo estaba prácticamente definido, las mariposas hicieron su ataque más brutal, el menos compasivo, el que haría retroceder para siempre a la oscuridad y permitiría que la luz y el color reinaran para siempre. Sobre todas y cada una de las flores del planeta se vertieron los más maravillosos y espectaculares colores, eran tonos nunca antes vistos. Los pétalos y pistilos fueron decorados con tornasoles que hacían que todos los colores estuvieran presentes al mismo tiempo creando efectos inenarrables: tonos cianes, jades, índigos, rosas, corales, chartreuses, dorados, ámbares, magentas, rojos, cerezas, carmines, ciruelas, lilas, eran muchos, y casi todos siguen sin tener nombre. No habría manera de ponérselos a todos por la gran variedad. Las flores entonces reinaron sobre la tierra y nunca más dejaron el trono como los seres vivos más hermosos jamás creados.

Luego de eso, la oscuridad no pudo recuperarse y si bien mantiene algunos pequeños dominios, las mariposas fueron tan empecinadas en su labor guerrera que hasta los sitios más lúgubres llevan en si mismos combinaciones armónicas para hacer de lo incoloro algo hermoso. Así terminó la Guerra, la oscuridad aceptó un armisticio incondicional y sólo sería usada para servir como tonos que dieran equilibrio a tanta luz y color.

Sólo 3 hablaron pajita

Lulu | 30 enero, 2012 21:07

Qué impresionante cantidad de colores te sacaste de debajo de las mangas!!

Algunos errorcitos de tipeo entorpecen o empobrecen la lectura... pero es de un delicioso el texto! Muy fresco, muy lindo, muy etéreo...
... me encantó!:D

3rn3st0 | 31 enero, 2012 14:39

Lulú: Tuve que fajarme con los colores ;-)

Sobre los errores, revisé y corregí lo que encontré si ves algo más avísame con detalle para hacerle un fixing total =)

Anónimo Responder | 27 mayo, 2013 23:56

Muy Hermoso!!!

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