Eufemismos de amor y carne
Podria simular una pasión que no sintiera, pero no podría simular una que me arrasara como el fuego.
Ven amor, acércate y permite que tu calor me arrope. Déjame sentir tu cuerpo rozando el mío y haz que nuestras respiraciones y alientos se entremezclen en un amasijo de suspiros y gemidos. Siente mis manos que, hambrientas de tu carne, recorren cada rincón, cada pedacito de tu cuerpo y lo muerden con caricias, apretones y pellizcos morbosos. Nota mi virilidad haciéndote un homenaje, irguiéndose para ti, palpitante, pletórica de sangre y semen mientras nos movemos acompasados, restregándonos sudorosos el uno contra la otra.