Ira
Alfonso Dos Santos y Vasconcelos, inmigrante portugués llegado a Venezuela hacía ya más de cuatro décadas era un hombre cuya vida era plena. Con su propio esfuerzo se había convertido en un empresario poderoso y, sobre todo, muy rico.Dos Santos llegó con la tercera oleada de emigrantes que llegaron de Europa a finales de los sesenta, cuando aún no era Venezuela el paraíso tropical-saudí en que se convertiría algunos años después.