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El día de mi muerte

La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene.

Jorge Luis Borges

El día que muera será un día de celebración. En serio, no me mires así. Se que van a celebrar. Espera y te explico. Quita esa cara de regaño. ¿Aún no me conoces bien? No debería extrañarte lo que digo y menos aún causarte molestia. ¿Qué cómo puedo decir esto? Sencillo, ese día será de celebración por muchas razones. No puedo quejarme de lo que he hecho, de lo que he logrado y menos aún de lo que he dejado de hacer o de aquello que no he alcanzado.
| Sólo 3 hablaron pajita

Credo para una mujer

El amor, como ciego que es, impide a los amantes ver las divertidas tonterías que cometen.

William Shakespeare

Creo en tu nívea piel, genuina representación de la blancura de tu alma y la luz que de ti emana.
Creo en tu sonrisa variopinta, la pícara, la alegre, la de carcajadas, la tierna, la que sirve de pincel para pintar la mía.
Creo en tu voz, transporte de tus palabras e ideas, de tus idas y venidas. Trino de dulce tono para mis oídos enamorados.
Creo en tu poder como mujer y en lo real de tus verdades y contradicciones, todas ellas parte de tu ser femenino.
Creo en tu inocencia, siempre presente aunque trates de ocultarla o esconderla, es, según yo, de tus dones más hermosos.
Creo en el fragor y la pasión de tus amores, los familiares, los de amistad y este que me obsequias con cada gesto y cada acción.
Creo en lo que me enseñas siempre, creo en ti como maestra de vida.
Creo en nuestra sincera amistad, esa que va más allá del amor mujer / hombre, esa que rompe con el absurdo paradigma de que dos amantes no pueden ser amigos.
Creo en tu prodigiosa inteligencia, esa que me atrae como la luz del conocimiento a un insecto sediento de saber.
Creo en tus abrazos como símbolo inequívoco de que el amor, la ternura, la pasión, la alegría y muchas otras emociones pueden expresarse en ese sólo gesto.
Creo en la dulzura de tus besos y el aroma de tu aliento. A través de ambos supe que eres fruta tropical.
Creo en tu buen humor y en tus bromas inteligentes, esas que siempre me hacen caer y reír a un tiempo.
Creo en tus ojos verdes, grandes luminosos, expresivos, esos que me atrajeron a ti desde que viera aquella foto hace años.
Creo en que la curva que dibujan tus nalgas es una hipérbole a la belleza física.
Creo en el ganchito que sostiene tu cabello, ese ganchito omnipresente y que es parte de ti.
Creo en tus piernas hermosas como pilares toscanos, firmes, hermosas, rotundas.
Creo en tus idiomas, los que te confieren la maravillosa cualidad de ser universal.
Creo en tus pechos, si hay un sinónimo físico de perfección, éste se haya representado en ellos.
Creo en tus payasadas, parte divertida de una mujer que ve la vida con matices de mil colores.
Creo en el sabor de tu sexo, ese que alimenta mi lujuria y mis deseos carnales por ti.
Creo en tus tejidos, los que te adornan en tu diario trajín, los que salen de tus manos con cada movimiento de la aguja.
Creo en tus lágrimas, esas que se dejan caer a veces, porque eres toda pasión, toda sentimiento, toda amor.
Creo en tu ternura cuando duermes sobre mi, cuando te acurrucas buscando mi calor, cuando un "tí" salido de tu boca se deja escuchar.
Creo en las dos cosas que motivan ahora mi vida: Cuidarte y hacerte feliz.
Creo en la amante ilimitada, lujuriosa, "asumida", esa que habita en ti y que se hace presente cuando hacemos el amor.
Creo en tus sueños, en tus metas, en tus planes, en tu futuro y en que puedo colaborar en su construcción.
Creo nuestras conversaciones sin fin, en las miles de palabras que nos decimos todos los días.
Creo en los olores de tu cuerpo, en los miles de aromas diferentes que emanan de ti y que me mantienen enamorado.
Creo en que el amor que siento por ti es el más hermoso y profundo amor que ninguna mujer haya producido en mi y que por este amor soy dichoso y tengo el poder de hacer dichosa a la mujer que lo ha producido: TÚ.

PD: Recuérdenme que debo terminar de actualizar la plantilla del blog, es que me da una ladilla increíble.