De amor y deseo

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De amor y deseo

Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama

Miguel de Cervantes Saavedra

¿Cómo no amarte, cómo no dejar que mi corazón se retuerza en delirios por ti? ¿Cómo evitar que mi pulso se altere cuando te acercas, cómo detener todo el huracán de pasión que desatas dentro de mí? ¿Qué parezco no escucharte, qué no te presto atención? No puedo, no puedo hacerlo, tu revuelves mi interior, sólo la pasión, el amor desenfrenado, el deseo incontenible, las ansias, las ganas, la ternura, el cariño... ¿Te fijas?, me pones loco, empiezo a desvariar, no coordino mis ideas.

¿Pero es que acaso soy dueño de lo que siento? ¿Soy poseedor del poder para decidir sobre lo que mi alma anhela? ¿Puedo acaso controlar la turbación que causas en cada una de mis moléculas siempre que te percibo sin importar la distancia?

Ven, acércate, pon tu mano en mi pecho para que entiendas lo que digo. Permíteme estrecharte entre mis brazos, así comprenderás. Deja que mis labios se unan a los tuyos, en serio, así sabrás que la felicidad es posible. Que el amor loco existe, que la pasión licenciosa es real. No te niegues, en verdad eres obstinadamente necia y terca y lo peor es que me arrastras a mí.

A veces pienso en dejarlo todo, en mandarte al mismísimo carajo, pero luego me freno y pienso; es ella, es ella y nadie más. Ella, como diría aquel personaje: “ella es la enfermedad y la cura”.

Vas a pensar que estoy loco, y la verdad yo creo que lo estoy, pero tu eres el origen de esa locura. ¿Sabías que se puede amar y desear en igual medida y magnitud? No te rías, hablo en serio y además lo digo con la certeza de que lo que siento es eso mismo. Te amo como Romeo amó a Julieta y te deseo como sólo un sátiro puede desear. En ti se unen dos cosas aparentemente imposibles de emulsionar, amor y deseo. Sin embargo parece que encontraste la fórmula y el sujeto para experimentar.

Yo entiendo que no tienes nada que ver, que tu no has hecho nada. Esa justificación sería válida si no te hubiera conocido, si nuestros caminos jamás se hubieran cruzado, pero no fue así. Ahora estas aquí, conmigo y sin mi. Y yo deseando, pidiendo que podamos estar juntos... otra vez.

No me esquives la mirada, por favor, se honesta, enfréntalo. Es más, enfréntate a ti misma y admite todo, no importa si no me lo dices de palabra porque tu mirada lo hará. Bueno, no puedo verte, eso es cierto, pero te conozco. ¿Te imaginas? Otra vez ambos temblando, cansados, sudando, felices, satisfechos.

Está bien, está bien, no toco el tema. ¿Te pone nerviosa? Disculpa, no insisto.

Hay vida mía, mi cielo bello entiéndelo no quiero, no me da la gana de rendirme. Claro que se que hay muchas otras mujeres por ahí, y te digo más, he estado con dos luego de nosotros, no más de eso, pero eso no creo que sea el quid de la cosa. No, no me justifico, sólo quiero ser franco. ¿Debo entonces ser célibe mientras te espero? Lo vital eres tu, es lo que siento por ti y es lo que sientes por mi. Si no fuera porque te conozco diría que eres tonta. No comprendo, no logro entender porque te niegas a estar a mi lado.

No vale, no estoy ciego, veo las cosas mucho más claras y detalladas de lo que imaginas. Se que es complicado, que hay una gran distancia entre ambos, que tu estas enredada, que ahora todo empieza a tomar un camino que querías desde hacía mucho... Que... bueno, que se que tienes a alguien. ¿Creías que no me iba a enterar?

Eso no minimiza ni disminuye un ápice lo que siento... Tu vales más que todo, que mis tropelías machistoides, vales más que cualquier persona a la que haya amado.

Espera, espera, no necesitas justificarte ni ponerte a la defensiva. No te estoy atacando ni tampoco reclamando nada, sólo estoy diciéndote las cosas como siempre te las he dicho, de frente sin embagues. Parece que no me conocieras... Espera, dame un chance...

Disculpa, me están haciendo señas, alguien necesita el teléfono. Debo colgar. Espero tu respuesta. Se que no llamarás, entonces escribe a mi correo-e, sabes que lo reviso todos los días. Chao, te amo.