La nota de suicidio

Entre las miserias de nuestra vida en la tierra, el suicidio constituye el más preciado don que Dios ha concedido al hombre. Plinio el viejo

¿Qué hacer, qué escribir? Necesitas dejar una nota donde explicas el porque de tu decisión. Sin embargo, sin embargo no saber que decir o mejor dicho, no sabes como decirlo.

Sentado en esa silla vieja, frente a ti sólo el pequeño y deteriorado escritorio, encima de este una hoja de papel suelta, un bolígrafo y el oxidado revolver de tu padre. Al lado de éste cinco balas, la sexta está en la única recámara ocupada del arma. ¿Para qué más?, sólo una bastará para terminar lo que decidiste hacer hace ya algún tiempo.


No obstante, falta algo, debes dar una explicación a quien te encuentre, no importan ni tu madre que ahora debe estar en el abasto, tampoco tu hermano quien se encuentra trabajando. Tu padre ya murió, así que a él no deberás explicarle nada. La explicación es para quien te encuentre, para los curiosos, para quienes el morbo de una imagen en la página roja es la única razón de comprar la prensa. A ellos es a quienes deberás explicarles tus razones, ¿o es a ti mismo?

Tomas el bolígrafo después de un rato de pensar y repensar, ...Necesitas dejar una nota donde explicas el porque de tu decisión...garabateas algunas palabras pero nada te satisface: – Mis razones nada tienen que ver con una depresión…

Tachas el texto. No es bueno, en lo absoluto. Demasiado simple, demasiado banal. Arrugas el papel y lo hechas en la papelera al lado del escritorio. Apoyas tus codos sobre el mueble tus manos toman tus sienes y piensas, piensas mucho pero nada sale de tu cabeza.

Revisas el bolsillo de tu camisa y sacas una caja de cigarrillos y un encendedor, nada como un cigarrillo para pensar libremente. – Este vicio me va a matar – piensas. Semejante reflexión te causa gracia, nada más contradictorio podría haber pasado por tu cabeza en ese momento. En tus labios se dibuja una sonrisa burlona. Estas a punto de descerrajarte un disparo en la cabeza y pese a ello no dejas de buscar alegatos sobre una adicción que te llevará a la tumba. Más lentamente, eso si.

Aspiras el cigarrillo y sacas otra hoja de la gaveta del escritorio, no puedes seguir deteniendo lo inevitable. Debes, necesitas terminar con todo esto. Tienes más de media hora tratando de escribir algo razonable, algo que de sentido a tu decisión. Sin embargo, tu cabeza no logra producir nada. ¿Es temor?, ¿es duda? ¡No!, nada de eso.

Vuelves a aspirar el cigarrillo, dejas que el humo escape por tu nariz....sacas una caja de cigarrillos y un encendedor, nada como un cigarrillo... Cavilas, sobre lo que debes decir: ¿Por qué?, no hay un porqué, sólo deseas hacerlo. No hay un amor perdido, tampoco problemas de deudas, no eres un maníaco depresivo. La vida ha sido buena contigo. No, definitivamente el porque no es necesario razonarlo. ¿A quién explicarlo?, bueno eso ya estaba decidido desde antes, a los curiosos, a los morbosos, a aquellos que son capaces de disfrutar con la desgracia ajena. Disculpas, ¿para quién, para tu gente?, no, es estúpido matarse para luego andar pidiendo perdón. Y el dolor de esa misma gente, ¿no cuenta? Si no vas a pedir disculpas entonces pensar que te importa el dolor de ellos es hipócrita. Es difícil, definitivamente es difícil escribir una nota de suicidio.

Terminas el cigarrillo y lo apagas en el cenicero. Te levantas y das algunas vueltas en la habitación, enciendes otro rubio y continuas pensando. ¿Estarás nervioso? En lo absoluto. Estas más tranquilo que nunca. Escuchas un ruido. Alguien ha abierto la puerta de la casa.

– ¡Ya llegué hijo!, en un rato bajas. Ya el almuerzo va a estar listo. – Grita tu madre. Ahora si te jodiste. Guardas el revolver en la gaveta del escritorio junto a las balas. La hoja que habías tomado la doblas y colocas el bolígrafo sobre ella. Apagas el cigarrillo aún sin terminar y gritas: – ¡Tranquila mamá!, bajo en un rato.

Mañana será otro día, esta noche te pondrás a redactar la bendita nota y mañana bien temprano terminarás con todo, una vez más.

Sólo 8 hablaron pajita

EduardoEquis | 13 febrero, 2007 17:32

Infeliz no es, al parecer.

Excusas, excusas para retrasar lo inevitable, o el sufrimiento ajeno, que se yo, solo pienso en excusas. Excusas inconscientes tal vez...


Saludos

Dímelo | 13 febrero, 2007 17:43

Una vez un psicólogo me dijo que quien toma la decisión de suicidarse lo hace sin retrasos y sin excusas para posponerlo.
Hace muchos años un buen amigo tomó esa decisión y una vez hechos los trámites de rigor (PTJ, funeraria, etc.) nos sorprendió descubrir con qué detalle había planeado todo. Tarjetas de crédito pagadas, cuentas bancarias cerradas, cosas personales de la oficina recogidas...y una nota escrita apresuradamente.
Sin duda un paso nada fácil que muchos podrían tildar de cobardía pero definitivamente, nada fácil.

Anónimo Responder | 13 febrero, 2007 21:38

Tiene que ser muy difícil redactar esa nota, tiene que ser muy difícil tomar esa decisión, tiene que ser difícil abandonar este mundo sin dar una explicación a alguien....yo mientras tanto prefiero fumar todo lo que sea necesario, antes de pensar en el suicidio como la solución...
Buen ejercicio ;)
Un abrazote

Oswaldo Aiffil | 14 febrero, 2007 06:59

Mi hermana, que es muy estudiosa de la personalidad, dice que para suicidarse sólo basta querer hacerlo...
El individuo de tu relato, al parecer, no tiene motivos reales para hacerlo, sólo quiere "vivir" el momento...vaya experiencia la que va a tener.
Un abrazo 3rn3st0!
By the way, tu abuelita, en la fotografía del post anterior, es bien linda y decidida, je, je, je, je, medió dentera, ja, ja, ja, y tu estás muy sudado, je, je, je!

Waiting for Godot | 14 febrero, 2007 10:26

Fuerte, la verdad es que relatas todo con tanto detalle que me pongo en la piel de esa persona....
Abrazos!

3rn3st0 | 14 febrero, 2007 11:04

Les leo a ustedes cinco y me siento agradecido no sólo por sus comentarios, sino también por las cosas que logro transmitir a través de mis escritos. Gracias, muchas gracias a todos.

Ahora bien, ponerme a responderles a todos, con tantos puntos de vista diferentes no tiene sentido.

Creo que el suicidio es una decisión cobarde, una salida fácil. Difícil, difícil es echarle pichón a la vida, enfrentar los problemas del día a día. Suicidarse es terminar con los problemas por la falta de valor de enfrentarlos.

Un suicida, es en definitiva, un cobarde.

Nuevamente gracias Eduardo, Dímelo, Khabiria, Oswaldo y Godot.

Anónimo Responder | 22 febrero, 2007 14:55

La explicación que busca no le será visible hasta que entienda que es para él mismo, para justificar ante sus ojos lo inexplicable.
Por eso cada mañana se repetirá el mismo cuento, la misma desesperación, cuesta trabajo asimilar que uno no es un valiente.
Saludos.
http://www.enunblog.com/Aguirre

Tomoru Nakamiya | 12 marzo, 2009 17:04

yo he visto niños ciegos pintar en cuadernos colores,vivos colores,no hace falta ser valiente

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