La lluvia (I parte)

Es evidente que aquellos que decidimos escribir un blog, somos personas a quienes escribir nos apasiona. Expresarnos a través de las letras nos llena de satisfacciones y nos permite mostrar cosas nuestras que no podríamos descubrirles por otros medios.

Hace ya algunos años empecé con esto de escribir. Una pequeña máquina de escribir perteneciente a mi padre me dio la posibilidad de escribir mis primeras "obras". En todo caso no pienso aburrirles con mi historia de escritor. Por el contario prefiero que se entretengan con algo mejor (creo yo).

He decido publicar en el blog algunas de las historias que he escrito, y en ésta primera entre (de 3) voy a publicar un cuento corto llamado "La lluvia". Lo escribí en junio del 2002 y lo publico sin hacerle correcciones, está taly como lo escribí en aquella época. Espero que les guste.



Grandes gotas caían incesantemente creando pequeños pozos de agua, el ruido que hacían al chocar contra la superficie de tierra era un murmullo minimalista que me hacía sentir relajado. Observé como chocaban contra el piso levantando pequeñísimas cantidades de tierra que parecían explosiones en miniatura. Un grupo de hormigas se esforzaban en sacar a las larvas que estaban en el hormiguero que se inundaba irremediablemente, iban en grupos de cinco o seis cada una cargando una larva blanca que se movía como presa de espasmos incontrolables.

Más allá un escarabajo gordo y de negras y gruesas antenas luchaba por volverse, sus seis patas se movían hacia el cielo, pero cada movimiento hacía que se hundiera más en el minúsculo lodazal donde estaba atrapado.

Voltee mi cabeza y miré al cielo, las gotas caían en mayores cantidades chocando contra mi rostro, respiré profundamente y aspiré l aire húmedo y el olor a tierra mojada que tanto me gustaba. Era un día perfecto, la lluvia caía y todo tomaba otro color, otro aroma, la vida surgía dondequiera que el líquido cristalino llegaba.

Seguí observando la tierra y vi como un pequeño riachuelo corría directamente en dirección al hormiguero, la corriente llegó a éste y empezó a caer a través de la entrada de la vivienda de las hormigas, de inmediato cientos de estos bichitos salieron como en estampida del agujero, corrían en direcciones distintas, algunas era aplastadas por los goterones y quedaban pataleando en el barro. Otras, las más afortunadas lograban llegar a las hojas más altas de los matorrales que crecían alrededor.

El escarabajo de gruesas antenas había dejado de moverse, sus patas se habían contraído y ahora parecía un puño de dedos flacos y agarrotados.

Una luz brillante iluminó todo, pocos segundos después se escuchó el trueno. Va a llover bueno, pensé.

Volví a mirar la tierra para observar que otro espectáculo podía avistar. El riachuelo ya había colmado la capacidad del hormiguero y ahora eran arrastradas por la corriente muchas de las larvas que no habían podido ser sacadas por las obreras de la colonia, se movían espasmódicamente algunas, otras ya sólo flotaban. La muerte corre hasta cuando el agua de la vida corre en las venas de la tierra.

1 solito

Anónimo Responder | 18 abril, 2006 08:16

Saludos, esta muy bueno el cuento, espero que estes bien y te envio un abrazo sincero a quien siempre he considerado un excelente conversador y compañero de copas, espero tener la oportunidad de una nueva tertulia etilica.

Oscar Alvarado.

P.D. le hechastes bo.. para escribir con tanta franquesa... particularmente yo no lo haria, pero ernesto es ernesto

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